las 9 premisas comunes a los empresarios pyme de éxito
RECUERDA: no SON DOGMAS, SON PREMISAS
Primera premisa – tu mayor responsabilidad como empresario no es “hacer”, es “decidir”.
Tu productividad como empresario se mide por el número, la magnitud y la calidad de las decisiones que tomas a diario. ¿Qué decisiones has tomado esta semana? ¿De qué magnitud son? ¿Cuál es el impacto en los objetivos de tu empresa? ¿Cómo determinas la calidad de las decisiones? ¿Qué criterios sigues para elegir la mejor decisión? ¿Cómo se corresponden el número, magnitud y calidad de tus decisiones con las necesidades de tu empresa? Y, por último, ¿qué decisiones importantes NO estás tomando? Un empresario de éxito debe saber responder a estas preguntas.
Segunda premisa – no puedes estar envuelto en todo lo que ocurre en tu empresa.
Como propietarios, tenemos la libertad de elegir hacer lo que nos dé la gana, pero una empresa necesita alguien a los mandos para mirar adelante, anticipar y corregir. Si como empresario no quieres hacerlo, alguien tendrá que hacerlo por ti. Y si realmente quieres, puedes.
Sin duda, ya eres consciente de que tu tiempo es limitado, y tu capacidad para estar al corriente y participar de todos los eventos que ocurren en tu empresa, a nivel interno como externo, también lo es. ¿En qué procesos participas activamente? ¿Qué porcentaje de tu tiempo sacrificas realizando tareas que no forman parte de tu rol de empresario? ¿Por qué no eres capaz de delegar más? De esta segunda premisa deriva otra equivalente – el recurso más limitante en cualquier empresa no es el dinero, es el tiempo disponible del empresario para ejercer su puesto correctamente.
Tercera premisa – La confianza no excluye el control.
La mayoría de las empresas en España nacen y crecen en un ámbito familiar e informal, en el que la confianza mutua es garante de responsabilidades y resultados. Sin embargo, para evitar su deterioro con el paso del tiempo, la evolución de la empresa, de las relaciones internas y la propia naturaleza de las personas, la confianza debe estar respaldada por sistemas de control. ¿Cómo controlas la productividad, la calidad del trabajo y los resultados? ¿Cómo entienden tus equipos la necesidad de establecer sistemas de control? ¿Cómo están diseñados tus sistemas de control para minimizar su carga administrativa?
Cuarta premisa – Si (secretamente) te consideras el mejor, es porque no estás bien rodeado, o te faltan piezas en el equipo, y eso también es responsabilidad tuya.
Familia, amigos, socios, asesores, trabajadores, colegas, mentores… Todos son importantes en tu entorno, y cada uno tiene su lugar, su ámbito de competencias, su nivel de implicación y su grado participación en las decisiones que te corresponden como empresario. Lamentablemente, tengo decenas de ejemplos, algunos muy macabros, que ilustran que el entorno del empresario no siempre ejerce un impacto positivo. A veces, todo lo contrario, e incluso en algunas de ellas, de forma deliberada. En tu caso, ¿cuáles de estas figuras influyen en tus decisiones? ¿Qué criterios utilizas para concederles ese privilegio? ¿En qué medida son partícipes de la ejecución de dichas decisiones?
Quinta premisa – Los síntomas en tu empresa no tienen por qué coincidir con el origen del problema.
Cuando un empresario me dice “no vendo lo que me gustaría; tengo un problema comercial”, “me falta liquidez; tengo un problema financiero” o “mi equipo no está implicado; tengo un problema de recursos humanos”, sé al instante que hay varios prejuicios que romper en esas frases.
Pensar que en una pyme los problemas que se originan en un punto, no se contagian al resto de la empresa, es tener una visión sesgada de la realidad. Querer resolver un problema empresarial atajando los síntomas es tan desaconsejable como querer resolver un cáncer de pulmón con pastillas para la tos. ¿Qué síntomas actuales te separan de tu camino al éxito? ¿A qué momento se remontan los síntomas? ¿Qué decisiones (o ausencia de ellas) llevaron a tu empresa a esta situación? ¿Qué decisiones estás tomando hoy (o ausencia de ellas) que te evite caer en nuevos problemas mañana?
Sexta premisa – el pensamiento crítico colaborativo ayuda a reconocer y evitar los sesgos cognitivos.
Como ves, la gran parte del éxito de tu empresa o la ausencia de este, te la puedes atribuir directamente como empresario. Sin embargo, es importante que sepas que NO estás solo (o al menos no deberías sentirlo así), ni debes practicar tu rol en solitario.
Los sesgos cognitivos son patrones sistemáticos de desviación en el proceso mental, lo cual lleva a creencias equivocadas y malas decisiones. El antídoto principal contra los sesgos cognitivos es el pensamiento crítico, que en el caso de llevarse a cabo en un entorno colaborativo requiere además de otros ingredientes: la escucha activa y la capacidad de aceptar la crítica. Pero atención porque los sesgos cognitivos también se presentan en las dinámicas de grupo que persiguen objetivos comunes. ¿Qué sesgos cognitivos has visto manifestados recientemente? ¿Cómo luchas contra ellos? ¿Cuáles son las críticas que más te cuesta aceptar?
Séptima premisa – Ningún empresario pyme evoluciona sin aplicar rigor, formalismo y método en su empresa.
La intuición es imprescindible, y a la vez impredecible. Muchos empresarios se preguntan a diario “¿qué debo hacer?” (con respecto a cierto tema), cuando en realidad lo que necesitan saber con antelación y mayor importancia es el “¿cómo?” y el “¿por qué?”. La ejecución de decisiones y acciones cotidianas dentro de una pyme fruto de la intuición están sujetas a un error sistemático que aumenta con el tamaño de la empresa. Trabajar con el “más o menos”, se convierte en un lujo inaccesible. Además, tanto en escenarios de crecimiento como en épocas de crisis, aparece el llamado “efecto mariposa”, es decir, pequeños errores en un momento determinado desencadenan acontecimientos de gran impacto que afectan los objetivos del empresario. Y la manera de combatirlo es aplicando rigor, formalismo y método en la empresa. ¿Qué nivel de rigor, formalismo y método hay en tu empresa? ¿En qué medida lo asocias a tu potencial de desarrollo? ¿Cómo capitalizas tu intuición para poder predecir, automatizar y escalar resultados?
Octava premisa – si el objetivo es “mantenerse”, el resultado será “caer”.
Muchas pymes y empresas familiares líderes en su sector de actividad a nivel local caen cada día por una infinidad de causas.
La única forma de protegerse contra esta realidad es la anticipación. En un entorno tan competitivo y con tantas disrupciones como estamos viviendo en 2023, los ciclos se acortan, y la empresa está obligada a adaptarse a las nuevas reglas del juego. De lo contrario, tener como objetivo “mantenerse”, tendrá como resultado “quedarse atrás”.
Novena y última premisa – recuérdate a menudo que ser empresario es sólo un aspecto de tu vida.
Los empresarios pyme vivimos conectados a nuestras empresas, las vemos nacer, crecer, y a veces morir. Son el fruto de años de dedicación y trabajo. Fuente de alegrías y tristezas. Pero no tienen sentido si no nos permiten disfrutar de nuestras etapas y momentos vitales importantes. Los empresarios de éxito no permiten que su felicidad dependa únicamente de ellas. No dejes que tu rol de empresario se interponga a tu salud física y mental.
Es posible que no te veas identificado con las premisas que te he presentado.
En los últimos 15 años, he trabajado con más de 150 empresarios en 6 países diferentes, suficientes como para entender que cada empresa es única en su configuración, su entorno geográfico, económico y sectorial, y en los desafíos a los que su empresario se enfrenta. No existen dos casos iguales, sin embargo, es muy posible que el tuyo sea una combinación de otros muchos casos de los que poder aprender.